Rapunzel sin trenzas
Te colaste por mi ventana abierta,
una noche de junio vestido de Romeo
y yo, Rapunzel sin trenzas en el pelo
te miré y supe, a ciencia cierta,
que venías a despabilar el deseo
de mi boca embriagadas de desvelo.
Llegaste a mi planta baja con balcón,
traías espada de papel y botas de acero,
viniste con pasos de gigante
a irrumpir el sístole de mi corazón,
detuviste el reloj y el costalero
guardó en su espuerta aquel instante.
Y después ¡que importa el después!
quereme así como hasta ahora,
sin anillos que evidencien las promesas
ni verdades desnudas ante un juez,
quereme así, con la duda, a deshora,
mientras yo me bebo las certezas.
una noche de junio vestido de Romeo
y yo, Rapunzel sin trenzas en el pelo
te miré y supe, a ciencia cierta,
que venías a despabilar el deseo
de mi boca embriagadas de desvelo.
Llegaste a mi planta baja con balcón,
traías espada de papel y botas de acero,
viniste con pasos de gigante
a irrumpir el sístole de mi corazón,
detuviste el reloj y el costalero
guardó en su espuerta aquel instante.
Y después ¡que importa el después!
quereme así como hasta ahora,
sin anillos que evidencien las promesas
ni verdades desnudas ante un juez,
quereme así, con la duda, a deshora,
mientras yo me bebo las certezas.
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3 Comments:
Me ha gustado especialmente este post. Quiero ser asaltador de balcones y ladrón de besos de desvelo.
!qué importa el después!!
Me ha encantado!!! Por los sentimientos podría haberlo firmado yo, por lo maravillosamente escrito, no lo hubiera firmado en la vida!!!
Mil quinientos besos para la autora!!!!
Por gente como ustedes es que dejo siempre las ventanas abiertas...
ains...
Un puñao de besos de ésos capaces de colarse por los labios abiertos del amanecer...
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