Taciturnos
Es el adiós que nos atropella,
una luna de sangre
abre grietas en el asfalto.
Silencio! De nada sirve maltratar
ahora éste mutismo.
La fatalidad del instante
se revuelca en el lodo
ante la imposibilidad de lo eterno.
Detente! o la tempestad
desatará la ira engulléndolo todo
y lo atroz tomara
la plaza del recuerdo.
Se intuye lo definitivo
...