Esto era el Todo

Inapetencia de vos


Diciembre, huellas al aire, nada!
Un nombre escrito en el viento
Sólo instantes, otra boca el tormento
Un sueño desgarrando mi almohada.

Risas descuidadas, Penélope roída
Un pasado deshaciéndome las ganas
Un haz de luz intrépido en mi ventana,
Jirones de mil lunas descocidas.

Una estación huérfana de cercanía
Tu cuerpo una sombra en manuscrito,
un desván de leyendas sin mitos
y vos paralelo a mi terca letanía.


Asaltándome


Justiciero el destino y sus proezas
El camino fue haciéndose a los gestos
La cruz que cargaba con los restos
Fue verbo inconjugado de certezas

Y llegaste con rimas destempladas
Tan poquita cosa era yo por esos días
Un despiste malogrado decidía
Tatuarle tu nombre a la madrugada.

Caballo de cartón, voces lejanas
fotos amarillas, clavos en los pies
Desnuda del derecho y del revés
Fui haciéndote un hueco en mi cama.


Desde adentro

Irrumpiéndome las horas desvestidas
Fui más tuya, que mía, que cualquiera
La pasión es un alud que desespera
La distancia una mirada pervertida

En el centro de mi centro haz anclado
Maldito capitán, adicto al mar adentro
Mapamundi con rutas a un encuentro
Presente imperfecto de mi pasado

La sangre corrompida de tu boca
Hizo eco en un laberinto sin desvío
Siete lenguas besando el desvarío
Te amaba, lo digo porque me toca.


Réquiem


Campanadas que silencian por la tarde
El resquicio donde huyen los soldados
Lágrimas, gritos, ruegos, y a mi lado
El punto más oscuro y más cobarde

Más después que antes ganó la noche,
sepulcro de un tal vez enfermizo
Nos dieron las doce, roto el hechizo
El príncipe fue sapo y fue fantoche.

María de los lamentos desterraba
La pasión del hueco de los muertos
La verdad en el espejo fue un incierto
A dos velas un Nosotros naufragaba.


Adivinándote en las Sombras


Verte ha sido la batalla más pagana
El renacer del infierno en tu mirada
El dejo de un piélago en sudestada
La guerra de un por qué me da la gana

Ángel maldito de mis putos sueños
Proa y popa, corazón a la deriva
Cenicienta tan de nadie, tan esquiva
Agüita de Mar andaluz sin dueño

Hasta la médula de mi fibra más sensible
Trashumante el marino de mi vida
El pañuelo del adiós sin despedida
injurió la tempestad de un imposible.


SinTiGo

Y la ausencia magullando en el tejado
Amnésica las lunas de septiembre
La mentira despiadada de mi siempre
Fue promesa en unos labios desquiciados

Mírame que el olvido no se entera
Que por más que llueva en el desierto
No hay vida que reviva éste mar muerto
ni otoños que destruyan primaveras

Bébete a sorbos la leche de mis dedos
Que hoy me invade la cruel melancolía
Y hasta puede suceder que algún día
“logre ganar el quiero sobre el puedo”.

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