Fantasma Mitológico

Cuenta la leyenda… ¿cuenta la leyenda? Que más da!… pongamos que vivo allá donde el calendario no tiene días y los años se miden según las exigencias de un tiempo transitorio regulado según necesidades ajenas… alto! dejemos el tiempo… inventemos una leyenda… pero cómo?! Podría yo encarnarme en un ángel , no! Mejor en una ninfa de curvas salvadoras… suena maravilloso verdad? Entonces el Dios de las ninfas es un viejo verde que espía la piel desnuda de las sirenas tendidas a la orilla de un lago de sal… maldito cabrón! Quien fue el que le dio el poder a ese anciano hambriento por carnes turgentes y labios frescos! Ufff Dejémoslo a un lado, si bien es cierto que el morbo lo exhala por los poros también es verdad que jamás ha posado ni la sombra de su dedo índice en la juventud de las esclavas de su reino…
En el siglo XXI no hay lugar para sirenas desaliñadas y el encanto se acaba bien antes de que den las 12… atrás quedaron los príncipes motados a caballos alados y las cenicientas que esperaban como idiotas reprimidas, cual Penélope, al desgraciado que harto ya de buscar excusas para dejar de ser sapo se dignaba a besarlas con el único interés personal y egoísta de dejar de ser mancha movediza en el fango y salvarse a si mismo…
Cuánta cursilería! Cuánta falta de respeto hacia las letras! Me perdonen los que han tenido el valor de continuar hasta acá con este escrito de palabras enemistadas… yo quería escribir una leyenda… o quizá solo buscaba una excusa para creer que alguna vez has existido.

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