De causas y casualidades
¿Las cosas suceden porque si?… a diario me atormenta esa pregunta, bueno no llega a tormento, tampoco hay por que exagerar, pero sí me intriga de sobremanera porque ciertas cosas ocurren cuando ya todo se creía perdido y otras no suceden jamás así te pases la vida intentando dar con la punta de la madeja enmarañada…
¿Cuántas cosas son causales y cuántas otras sobrevienen por casualidad?
Una vez dije –Te necesito- y casi a cachetazos me respondieron – Es fatal necesitar a alguien- desde aquel día a esta parte me pregunto el por qué de mi necesidad de necesitarte, no es que lo busque, aparece de golpe, me invade, me intercepta, me anula, y hasta duele…
Siempre he pensado que he nacido huerfanita de carnavale
s, y eso si es fatal, y como soy obstinada, por no decir excesivamente caprichosa, me la paso buscando tutores que le den a mi vida motivos para sonreír… y ahí va uno recogiendo restos en las esquinas, atando quimeras en la almohada, creando utopías, deshaciendo ausencias, sintiéndose parte de un mundo inventado, y sabe bonito ese mundo, lastima que sean castillos en el aire, carruseles de hielo girando en el desierto, bocanadas de aire fresco en medio de una habitación contaminada de humo, entonces echas a andar con los pies descalzos y el alma desnuda, descifrando enigmas, construyendo muros invisibles para no ver la mierda que hay delante, y te ríes con lagrimas en los ojos, y vas dejando huellas en la arena mojada, burlándote de la tristeza mientras el maldito domingo por la tarde te saca insolentemente la lengua … ¿quién fue el cobarde que inventó los domingos a la tarde?Y acá estoy, frente a una pecera, con los ojos abiertos por inercia, involucrándome en historias que no me pertenecen, viviendo de inquilina en casas ajenas y de repente la nada se llena y se abre ante la mirada otra perspectiva, otro interrogante…
¿Ha sido la casualidad la que hizo posible que tropecemos o fue a causa de mis reiterados intentos por encontrarte donde te inventé?
A cuento de que viene esto? a que renunciaría a tres fases lunares a cambio de compartir con vos una noche de luna llena.
…
posted by Duermevela | 12:34 a.m.
4 Comments:
El "efecto mariposa" cuenta que, si una mariposa bate sus alas en China se puede provocar un huracán en Canadá.
Siempre me ha parecido una gilipollez...
Te has planteado plantearte que, independientemente de que las cosas ocurran (ya sea porque sí o porque hay un cabronazo que se llama Destino y se dedica a reirse de nosotros), tu sólo puedes decidir cómo enfrentarte a ellas.
La necesidad mata, es cierto, nos anula como personas y bloquea el camino de la elección, y, pese a que duela, sólo podemos decidir sobre las cosas que hay en nuestra mano.
En la guerra de Troya, causada por una mujer (unica causa válida para guerrear), una madre espartana, ante el miedo de su hijo por entar en batalla, agarró su escudo y le dijo "Toma, hijo mio, tu escudo, y vuelve con él o sobre él".
Suerte.
No sé si he entendido lo contrario. Pero la casualidad es causal. El azar determina factores en tu entorno. Otra cosa es que elijas no elegir porque está determinado, lo que no tiene, para mi, mucho sentido.
¿Pero todo ello para saber cuando decir te necesito? Dilo siempre que lo sientas. Si no se ajusta ya vendrán cosas nuevas. Mejor arrepentirse de las cosas que has hecho, y no de las que no has hecho.
mejor un eclipse de Mar?
beso_y_espina... podría suceder que perdiera su gravedad la tierra y el océano nos bañara con lluvia de sal.
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TeaR siempre tenés ese modo tan particular de decir las cosas, entre líneas es donde te descubro.
Gracias
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Kike: No sé cuanto hay de verdad en afirmar que la casualidad es causal, fíjate que no siempre las cosas suceden a causa de algo, o al menos no de un modo consciente, habría que enroscarse demasiado en el tema y verlo desde distintas perspectivas...
No pienso perderme ni un beso, ya aprendí a decir Te Necesito ;)
Muá!
ANGEL PARA UN FINAL
Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos
era que pasaba un ángel que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día que nos tocaba olvidar
que, de tal suerte, yo todavía no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual
pero la noche es traviesa cuando se teje el azar.
Sin querer se hace una ofrenda que pacta con el dolor
o pasa un ángel, se hace leyenda y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cuál era el ángel
que entre nosotros pasó
era el más terrible,
el implacable,
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal.
Ángel que pasa,
besa y te abraza,
ángel para un final.
S. Rodriguez.
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