You go to my head

Habitualmente no olvido las fechas y no sé porque extraña razón no puedo, esta vez, recordar.
Igual es un dato intrascendente, a quien le importa si fue 20 o 5 o 15 de diciembre, si verano o primavera, si otoño o invierno, hay detalles que no hacen a la diferencia, quizás hacía calor, a lo mejor llovía, repito, no lo recuerdo ni me interesa volverme loca tratando de acordarme que pasaba aquella noche, sólo sé que llegaste…

Nunca antes te había visto, ni vos a mí, claro.

¿Sería verdad que si dos personas se encuentran es porque se estaban buscando?

Existía el destino?, la casualidad?, había creído tanto en esas cosas que ya a esa altura no creía en nada, el caso es que te abrí la puerta y vos, sin dudarlo, entraste.

Nos miramos y quisimos descubrirnos… ¿Cuánto tiempo pasamos en silencio?, tampoco lo sé…

Sugeriste bailar y yo, a desgano, porque jamás he sido una gran bailarina, acepte, me abrazaste y al oído me dijiste…

-Esta canción la pensaron para que la bailara contigo…

-Esta noche te pertenezco – Te contesté

Y yo que hasta ese momento estaba más fuera que dentro de mí, me dejé llevar… sin advertir que te colabas en mi vida, sin percibir como tu piel se volvía sangre y corría insolentemente por mis venas…

No necesitamos más que ese instante para perpetuarnos, vos descaradamente en mí, yo irracionalmente en ti… No había vuelto a escucharla, hasta hoy…



No sabe igual si no estás, acá, conmigo…