Mariposas alrededor de mi ombligo

Has sido capaz de improvisar

en mi sendero un desvío

directo a tu caprichoso castillo de hielo,

Me has enseñado a huir

de los huracanes resfriados

que enlodan la pureza de las nubes

de esta primavera que se viste

de otoño según la ocasión.

Me has regalado una poesía

cocida al remiendo de una duda,

un vuelo a tu cielo sombrío,

un naufragio a la vera de tu océano,

un mensaje a la orilla de tus versos,

Has desnudado, a media luz,

el tesoro que escondes bajo tus arrugas

y los casi treinta escalones de vida

que separan el arte de tus manos

de mis mejillas ruborizadas.

Te invito una vuelta

a esta tierra imprudente

que esconde misterios que se devora,

noche tras noche,

una hambrienta luna llena,

Detrás de amarillos atardeceres

se oculta un autopista de recónditos placeres,

Dale una bocanada a este Buenos Aires

y cobíjate bajo las sábanas

de alguna boca errante

que maldiga el haberte conocido

y en medio de la injuria se deslice

sin piedad por la ruta de tu cuerpo.

Sacúdele el polvo a tus pestañas

y ábrele las alas a las mariposas

que se posan alrededor de mi ombligo.

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